Cuando las situaciones malas producen resultados increíbles

Hace unas semanas, perdí toda mi vida en las calles de Alcalá. Cuando me refiero a mi vida, me refiero a mi cartera. Después de pasar una noche con algunos de mis amigos, descubrí que no tenía mis gafas ni mi cartera. Mi cartera contenía mi tarjeta de débito, tarjeta de identificación de los Estados Unidos, mi tarjeta de identificación de la Universidad de origen, mi tarjeta de seguro de salud española y dinero. Habría sido una subindicación para mí decir que estaba devastada.

Afortunadamente, recibí un correo electrónico que decía que mi cartera fue encontrada y se entregó a la policía. Pude recoger mi cartera en la estación con todo el contenido de mi cartera. Mi madre española y yo estaba tratando contactar la estación de nuevo para ver si era posible agradecer a la persona que se entregó a mi cartera. Desafortunadamente, el individuo era anónimo. Eso fue hasta que recibí un correo electrónico del Instituto que indicando que la persona que encontró mi cartera estaba tratando contactarme. Llamé al número que me dio y decidimos encontrarnos la noche siguiente.

Desde la misma conversación telefónica, descubrí que ella era parte de uno de los coros de la Universidad de Alcalá. Nos conocimos en uno de los campus de la universidad y empezamos a caminar al restaurante. Yo conocí a una porción de los miembros del coro y lo pasamos muy bien.

Me preguntaron que yo pensaba sobre su concierto reciente porque yo canto música gospel y gran parte de sus selecciones de canciones fueron espirituales negros. Me sorprendió que la misma música que yo crecía cantando en mis iglesias que son predominantemente negro cantaba en España de todos los lugares.

Me sorprendió saber cómo una situación tan estresante puede conducir a un tiempo tan positivo y a nuevas conexiones.